lunes, 5 de marzo de 2012




 

  ReDescubreT, es un Centro de Tratamiento para Adicciones y conductas autodestructivas que tiene como… 
MISIÓN: Ayudar a personas que padecen las siguientes enfermedades: Alcoholismo, drogadicción, adicción al juego, neurosis, bulimia, anorexia y depresión, mediante un tratamiento multidisciplinario en el que interviene la medicina, la psicología y el aspecto espiritual del paciente, apoyados en el Programa de 12 Pasos de A.A.

VISIÓN: El alcoholismo, la drogadicción y las conductas autodestructivas, son un fenómeno que crece día con día, poniendo en riesgo la vida de hombres, mujeres y niños de nuestra sociedad, sin importar edad, o posición socioeconómica. 
Actualmente además de provocar la muerte, es una de las principales causas de desintegración familiar, accidentes, generador de violencia y corrupción en nuestra sociedad.

OBJETIVO: Salvar la vida del enfermo que la padece, colaborar con las familias de los mismos y con la sociedad. 
Uno de los síntomas más notorios es la negación de la enfermedad y por sus características: incurable, progresiva y mortal por necesidad; el enfermo por sí sólo no podrá salir, necesitará ayuda de otras personas que padecen la misma enfermedad. 

METODOLOGÍA: En ReDescubrT sabemos las características de las enfermedades emocionales y sabemos también que el tratamiento debe ser a corto, mediano y largo plazos, por lo que diseñamos un tratamiento inicial con un internamiento mínimo de seis meses, en donde el paciente desde un inicio es valorado médicamente para ver el grado de afectación física, para después poder ser tratado en las siguientes etapas: psicológica y espiritualmente. 
En el aspecto psicológico, se va llevando al interno a que poco a poco vaya descubriendo, en base a sus propias experiencias a lo largo de su vida, como es que adoptó conductas, pensamientos y tomó acciones que le llevaron a fugarse de su realidad, mediante psicoterapias cognitivas y conductuales mediante las cuales él podrá descubrir cómo fue que sus pensamientos basados en su propio “autoengaño” le llevaron a tomar conductas que le destruyeron a él, a su entorno familiar y social.

¿QUÉ SON LAS ADICCIONES?


Definición de adicción:
Para la OMS (Organización Mundial de la Salud) es el estado psíquico y, a veces, físico causado por la acción recíproca entre un organismo vivo y una droga, que se caracteriza por cambios en el comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irrefrenable a tomar la droga de forma continuada o periódica a fin de experimentar sus efectos psíquicos o para evitar el malestar producido por su privación. Es una enfermedad primaria, crónica, con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en su desarrollo y manifestaciones.

 La enfermedad es frecuentemente progresiva y mortal. Esta caracterizada por episodios continuos de descontrol sobre el uso, preocupación asociada con el uso de sustancias, uso a pesar de consecuencias adversas, y distorsiones del pensamiento.

Droga:
una droga es toda aquella sustancia natural o sintética cuyo efecto se ejerce básicamente, en el Sistema Nervioso Central (SNC), y que por su perfil de acción poseen la capacidad de crear estados de abuso o dependencia que llevan al sujeto a experimentar su uso continuado, generando así una adicción.


Uso:
Por uso entendemos aquella modalidad en la que se consume de vez en cuando, sin que aparezca ningún síntoma de tolerancia. Los riesgos son menores, pero pueden existir, incluso ser graves, ante determinadas drogas. El uso regular induce a pensar en la sustancia como una diversión ya que el organismo no manifiesta por el momento ningún efecto molesto relevante. Pareciera que es inofensiva. En el cerebro, las alteraciones en el centro de la estimulación se han iniciado de modo tal que es imposible prever el instante en que se dará el paso decisivo hacia la adicción.


Abuso:
Es el uso susceptible de comprometer física, psíquica y/o socialmente a la persona. Esta forma de consumo no se refiere únicamente a la cantidad consumida de una sola vez, ni a la repetición de un consumo moderado y controlado de ciertas sustancias. Se trata de un concepto ambiguo, porque se relaciona estrechamente con las costumbres propias de cada cultura. Lo que una sociedad considera normativo puede parecer abusivo para otra, o para la misma en un momento diferente.


Tolerancia:
La tolerancia es una característica que forman parte del conjunto de efectos asociados con el consumo de drogas. Consiste en la necesidad de incrementar sucesivamente la cantidad de droga administrada para obtener el mismo efecto.

La tolerancia se desarrolla después del uso frecuente de las drogas, aunque su intensidad y efecto varía dependiendo del tipo de químico.

Síndrome de abstinencia:



Es el conjunto de manifestaciones orgánicas y conductuales que se presentan cuando un individuo que ha estado consumiendo una droga, interrumpe su uso. Las neuronas tienen la capacidad de adaptarse a condiciones nuevas, en este caso, la presencia en el cerebro de una sustancia extraña que la estimula  en forma sostenida.  Es decir, las neuronas se han acostumbrado a recibir la droga, y al ya no obtenerla, su función se ve alterada, provocando, por una parte, una necesidad imperiosa de recibirla de nuevo, y por otra, en caso de no conseguirla, una serie de trastornos tanto físicos como emocionales.



Fondo de sufrimiento:



Estado de deterioro físico, mental, moral y espiritual en el que muchas veces la persona decide buscar ayuda a su problema de adicción.


Proceso adictivo:
Un adicto desarrolla una serie predecible de síntomas basados en el uso adictivo, dichos síntomas progresan a través de tres etapas.

En el nivel primario es muy difícil distinguir el uso adictivo del uso no adictivo porque existen algunos síntomas externos. El cuerpo, sin embargo, comienza a efectuar cambios y va adaptándose a la ingestión regular de la droga.
El síntoma mayor del nivel primario de la adicción es el incremento de la tolerancia. Esto significa que las personas que se están convirtiendo en adictas pueden utilizar más y mayores cantidades sin estar intoxicados y sin sufrir consecuencias muy dolorosas.
El segundo nivel de la adicción está marcado por una pérdida progresiva del control, como la persona ya no posee la habilidad de usar las mismas cantidades sin intoxicarse o crear problemas. El no usar sustancia comienza a crear sufrimiento, y la droga es consumida para relajar el dolor creado por no usar el químico.

Causas,  y Factores de Riesgo
En las últimas décadas se ha podido concluir que la adicción tiene un origen multifactorial e involucra una interacción compleja entre precursores genéticos, fisiológicos y ambientales.


Familiares: 
Son los factores de riesgo más frecuentes en especial en el alcoholismo. Por lo general hay permisividad en el seno familiar, problemas de comunicación (falta o comunicación disfuncional ejemplo: maltratos, insultos, dominancia), pobres estilos disciplinarios, rechazo parental, abuso físico y sexual (particularmente en mujeres); hogares desintegrados (divorcio, separaciones), así como la falta de adecuada supervisión familiar.


Sociales: 
Nuestra sociedad es permisiva con el alcohol y en tal sentido desde que nacemos hasta nuestra muerte los eventos sociales están entremezclados con el alcohol, la disponibilidad de las bebidas etílicas juega un rol importante para el inicio de las adicciones. 

Aspecto adicional a considerar es el vínculo con amistades malsanas con tendencias antisociales donde la presión de grupo ya sea en contextos sociales, laborales o académicos son muchas veces la que precipita el desarrollo de consumos excesivos y finalmente la dependencia.

Psicológicas/psiquiátricas: 
 Trastornos Perturbadores de Conducta 
 Hiperactividad con Déficit de Atención 
 Trastornos de Personalidad
 Depresión
 Ansiedad


Biológicos
Ante el consumo de sustancias se producen alteraciones neuronales que son responsables de la llamada "neuroadaptación", que corresponde a la tolerancia celular o farmacodinamia -condición que se refiere a cambios neuroquímicos complejos en la membrana celular con una subsecuente alteración en el fluido iónico por lo cual el cerebro requiere de la sustancia adictiva para funcionar apropiadamente.


Hereditarias:
La participación genética en el desarrollo del alcoholismo y drogadicción es un hallazgo que no tiene duda, demostrado a través de los estudios en animales, gemelos y de adopción que han confirmado tales asociaciones. Los estudios más actualizados sobre la tasa de herencia general para el alcoholismo fluctúan entre el 60% y 90%. (Schukit, M., 1991). Parientes cercanos de alcohólicos primarios tienen aproximadamente 3 a 4 veces más el riesgo de desarrollar el trastorno.


  

¿COMO SABER SI UN FAMILIAR SE ESTÁ DROGANDO?


Cambio de amistades.

Los jóvenes que comienzan a consumir generalmente cambian a los amigos que siempre han tenido, por otros que consumen ya que ahora hace parte de este nuevo entorno.

Síndrome de no motivación. 
Esto es el típico "no estoy ni ahí con nada", el joven no encuentra motivación en ninguna actividad de las tradicionales o de las que siempre ha compartido con su familia, comienza a aislarse de su grupo familiar. 


Cambio de costumbres. 
Generalmente los jóvenes cambian sus hábitos, esto como consecuencia de sus nuevas amistades y "actividades", por lo que este punto se vuelve trascendental en detectar el inicio del consumo. Descuido personal. 


Generalmente los jóvenes que consumen sustancias descuidan su vestimenta y muchas veces son menos preocupados por su aseo personal. Salidas permanentes del hogar. 
Los jóvenes necesitan salir a compartir con sus nuevos amigos de "carrete", y a abastecerse de drogas por lo que comienza una suerte de salidas misteriosas y a horas que antes no eran comunes, el joven comienza a mentir con relación a sus actividades o simplemente a no comunicar que hace. 


Cambios en la personalidad. 
Dependiendo del tipo de drogas consumidas se producen diferentes cambios en su personalidad, ya que algunas de estas son depresoras y otras estimulantes del Sistema Nervioso Central, por lo que según el tipo de sustancia puede pasar de momentos de depresión a situaciones de euforia, además de esto puede darse la angustia por la falta de sustancia o la manifestación descontrolada de algún sentimiento guardado y que aflora al estar bajo la ingesta de la droga. 


Ausencia escolar. 
Este es un buen termómetro de medida del inicio de consumo de sustancias, ya que los jóvenes comienzan a "hacer la pinta" y a tener reiteradas ausencias del establecimiento educacional, en muchas oportunidades los padres ni siquiera desconfían ya que son ellos mismos quienes dejan a su hijo en la puerta del colegio o liceo, pero una vez que se van, los jóvenes se las ingenian para no entrar, o a veces no entran a determinadas clases que no son de su agrado, por esto es recomendable que los padres se interesen por la situación de asistencia escolar de sus hijos. 


Desaparición de objetos. 
Es común que en la casa de un joven que comienza a usar drogas comiencen a desaparecerse pequeños objetos, al inicio ni siquiera de tanto valor económico, otras veces inventan que los asaltaron y les robaron dinero, tenis, u objetos de valor. 
Esto es lógico si consideramos que las drogas no son gratuitas y que producen tolerancia, esto quiere decir que de a poco van necesitando de dosis cada vez más altas para lograr el mismo efecto. 
 Pupilas contraídas o dilatadas, ojos enrojecidos y/o pequeños, congestión nasal, etc. 
Estas son algunas de las manifestaciones visibles que pueden darnos indicios de consumo de sustancias, ya que con el uso de ciertos estimulantes hay contracción pupilar y sudoración de manos. 
Con la marihuana se enrojecen los ojos, pero los jóvenes son hábiles y usan descongestionantes oftálmicos por lo que también el frecuente uso de estos elementos debe hacernos sospechar. Irritación nasal en el caso de inhalación de ciertas sustancias como la cocaína y el cristal. 

Alteraciones en el apetito, peso corporal o sueño. Este es otro de los aspectos importantes para una detección precoz, a pesar que hay que tener en cuenta que los adolescentes son voraces y comen en demasía, pero el comer mucho puede ser resultado del consumo de marihuana la que entre sus efectos abre el apetito, sin necesariamente subir de peso. 

El consumo excesivo de bebidas alcohólicas, además de su olor característico, produce aumento de peso por el gran aporte calórico que significa el alcohol mismo. 

La cocaína y anfetaminas en cambio provocan anorexia, esto quiere decir que quitan la sensación de hambre, por lo que normalmente el joven baja de peso, un caso más extremo de baja de peso importante lo presenta el consumo de Pasta Base de Cocaína.

El sueño también se ve alterado ya que por lo general el consumidor de drogas duerme mal o no duerme, también sucede que cambia los días por las noches invirtiendo los ciclos normales de sueño vigilia.
Es evidente que la epidemia del consumo de drogas tanto legales como ilegales que nos impacta en la actualidad, ha despertado finalmente un alto índice de conciencia social al respecto. 


 De hecho ha motivado a muchos a opinar acerca de las múltiples causas del fenómeno y a examinar los profundos desajustes sociales que estamos viviendo. 


Aun así es frecuente encontrar la actitud de esperar que alguien o algo nos resuelva este problema que sabemos que puede afectarnos a nosotros directamente o a nuestros hijos o familiares. 

En esta vorágine de señalamientos se nos olvida, a veces, que todos tenemos una responsabilidad social de formar parte de la solución, no solo con palabras, sino con hechos. 


 Cuando revisamos el rango de acción más disponible a todos nosotros, para poder actuar en prevención del consumo de drogas en los niños y jóvenes en formación, es necesario volver una y otra vez a la misma conclusión: 

La familia es la entidad donde debemos comenzar nuestros esfuerzos. 


Sí, con nuestra propia familia, podemos comenzar de inmediato a planificar e implementar acciones concretas que lleven a preparar a todos nuestros hijos para tomar decisiones apropiadas en cuanto a consumo de drogas se refiere.

Es cierto que solo decirles que digan no a las drogas, no es suficiente. 

También es verdad que el no hacer nada, es la peor decisión que podamos tomar como padres. 

Los enfoques modernos en prevención nos indican que la prevención por amenaza o castigo tampoco son efectivos. 


 Nuestros esfuerzos, más bien deben fundarse en el fortalecimiento de los valores y habilidades humanas, la comunicación, la educación, el respeto mutuo y el amor familiar. 
Así como en el establecimiento de normas firmes, pero amorosas. 
La familia es el núcleo social donde se forman nuestros ciudadanos. 
Es el grupo humano donde se transmiten los valores espirituales por medio del ejemplo. 
Por lo tanto es sumamente importante que asumamos nuestra responsabilidad como padres o madres, líderes de familia y equipemos a nuestros hijos con herramientas que les permitan una vida libre de drogas. 
Algunas de las habilidades concretas que es necesario reforzar para resistir la presión de grupos negativos son: 
* Fortalecer la capacidad de tomar decisiones personales. 

* Enseñar a enfrentar los problemas.

* Promover la auto aceptación y autoestima. 


* Fomentar la expresión de sentimientos. 


* Ayudar a que florezca la capacidad de amar. Todas estas habilidades son transmitidas por el ejemplo más que por otros medios. 

De manera que debemos revisar en nosotros mismos estas capacidades y fortalecer las que hagan falta, para luego poder legárselas a nuestros hijos. 


Algunas familias son chicas, otras son mas grandes. En algunas faltan el padre o la madre, pero en todas es posible mejorar, con nuestro esfuerzo, el ambiente familiar. 

El conversar con nuestras familias a través de reuniones especialmente dedicadas a ese fin, es de suma utilidad. Luego de la cena, por ejemplo, podemos reservar 15 minutos para tocar los temas del día o de la semana y fortalecer de esta manera la comunicación. 

Para lograr un ambiente sano en la familia se necesita solo buena voluntad, orientación adecuada y amor entre sus miembros.

Uno de los sentimientos mas transcendentales en la vida de un ser humano, es el que proviene de asumir la responsabilidad de brindar lo mejor de nosotros para el mantenimiento de este ambiente familiar sano, que es clave en lograr para nuestros hijos la posibilidad de una vida libre de drogas.